Cuatro días después de su aplastante victoria ante el Atlético de Madrid en el debut en esta Copa Mundial de Clubes (4-0), el Paris Saint-Germain se enfrentaba a un conjunto sudamericano: los brasileños de Botafogo. Luis Enrique realizó una ligera rotación para dosificar las energías. Cuatro jugadores ingresaron en el once inicial respecto al equipo que comenzó frente a los Colchoneros. Lucas Beraldo y Lucas Hernandez fueron titulares en defensa, mientras que los canteranos Warren Zaïre-Emery y Senny Mayulu ocuparon el centro del campo.
Para este segundo partido en el Rose Bowl de Pasadena, nuestros parisinos se mantuvieron fieles a su ADN. El inicio del encuentro marcó rápidamente el tono, con una presión alta e intensa que ya es una marca registrada del equipo. Siempre generosos en la recuperación del balón e inspirados en su manejo, los Rouge et Bleu entraron muy bien en el partido, multiplicando los ataques bajo el impulso de un Khvicha Kvaratskhelia imparable por la banda izquierda.
El delantero georgiano encendió las primeras alarmas con un disparo potente con efecto (minuto 2) y constantes desbordes. Sin embargo, esa intensa dominación territorial no se concretó, y pese a haber superado el 70% de posesión durante la primera media hora, fueron los brasileños quienes golpearon en transición, contra el curso del juego. Igor Jesus aprovechó una jugada confusa para abrir el marcador con un remate desviado (0-1, 33').
Ese gol no cambió los planes de nuestros campeones de Europa. Frente a un rival ambicioso, último ganador de la Copa Libertadores, los Rouge et Bleu no bajaron nunca el ritmo. Pero con ese escenario, era de esperarse que Botafogo cerrara aún más los espacios. Los parisinos debían armarse de paciencia. Un espíritu de lucha que animó al equipo en este duelo que se transformó en un ataque contra defensa.
Por su parte, Luis Enrique no tardó en tomar decisiones fuertes desde el banquillo, renovando energías con los ingresos de Nuno Mendes, João Neves, Fabian Ruiz y Bradley Barcola antes de la hora de juego. La presión parisina se intensificó aún más en la última media hora, completamente dominada por los campeones de Europa, que echaron el resto. Pero Botafogo continuó cerrando todos los caminos. Un gol de Barcola fue anulado por fuera de juego (78'), simbolizando la falta de eficacia ofensiva de los Rouge et Bleu, que no lograron empatar en un final de partido asfixiante.
A pesar de una actuación colectiva nuevamente muy sólida, el Paris Saint-Germain fue sorprendido por un Botafogo valiente y eficaz. Nuestros Rouge et Bleu se jugarán la clasificación a los octavos de final de la Copa Mundial de Clubes en su tercer y último partido de la fase de grupos, el lunes frente a los Seattle Sounders (21:00, hora francesa).